No
pongamos nuestra vida en suspenso
No
podemos darnos el lujo de poner nuestras necesidades en suspenso, esperando a
que otra persona nos llene, que nos haga la vida más agradable o que llegue y
sea como nosotros queremos que sea. Eso crearía resentimiento, hostilidad, una dependencia enfermiza
y consecuencias con las que tendríamos que lidiar después. Si hemos decidido
que queremos una relación en particular o queremos esperar acerca de tomar una
decisión sobre una relación en particular, entonces debemos seguir con nuestra
vida, seguir con su curso...
Al
poner nuestra vida en suspenso quedamos atrapados en las creencias
codependientes: "esa persona puede hacerme feliz"... "Necesito
que esa persona, en especial, haga, algo, para que yo sea feliz"...
Esa es una circunstancia que puede enganchar nuestra
baja autoestima, nuestras dudas acerca de nosotros mismos y nuestras tendencias
a descuidarnos a nosotros mismos.
Hay
diversas situaciones en las que podemos desconectarnos de
nuestra vida, como por ejemplo: mientras esperamos una carta, un mensaje de
texto, un gesto de alguien, un empleo, a una persona o un suceso en especial.
No
tenemos por qué poner nuestra vida en suspenso. Habrá repercusiones si así lo
hacemos. Seguimos adelante con nuestras vidas. La perspectiva de tomar la vida
un día a la vez funciona.
- ¿Qué podría estar haciendo ahora para cuidar de mí mismo, para hacerme
sentir mejor, para satisfacer mis necesidades de una manera apropiada,
sana?
- ¿Cómo puedo adueñarme de mi poder para cuidar de mí mismo, a pesar de
lo que la otra persona esté o no haciendo?
- ¿Qué sucederá si rompo el sistema y empiezo a cuidar de mí
mismo?
A
veces obtenemos de inmediato la respuesta que queremos. Otras, esperamos un
poco. A veces, las cosas no salen exactamente de la manera como esperábamos.
Pero siempre se resuelven para bien y a menudo mejor de lo que esperábamos. Y
mientras tanto, hemos manifestado nuestro amor y cuidado a nosotros mismos,
viviendo nuestra propia vida y quitándole el control de ella a los demás (personas,
situaciones, lugares y cosas).
Dejar
de vivir nuestra vida para hacer que suceda alguna cosa no
funciona, lo único que provoca es
hacernos sentir desgraciados, impotentes y desconectados de nosotros, porque
hemos dejado de vivir nuestra vida.
Reflexión para Hoy:
Hoy me obligaré, si es necesario, a
vivir mi propia vida. Actuaré conforme a mis mejores intereses, de una manera
que refleje amor a mí mismo. Si le he dado poder o el control de mi vida a
alguien que no sea yo mismo, lo recuperaré. Empezaré a actuar conforme a mis mejores intereses,
aunque me parezca difícil hacerlo.
Melody Beattie
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