Cuando hay
una situación que nos incomoda, cuando nos encontramos en una disputa donde
podemos tener o no la razón, hay un camino que no tenemos que tomar que es el
del orgullo, el de quedarnos con nuestro punto y defenderlo de manera
irracional cuando es un detalle menor, algo intrascendente, un enojo
pasajero: Olvidemos pronto, perdonemos aún mas rápido, y vivamos
sabiendo que nos equivocamos y los demás también...
La
vida es muy corta para prolongar los enojos.
Y
la vida es muy buena que si decides ya no dejarte llevar por estos patrones de
culpas, orgullos y terquedades; te lo recompensa con calma, paciencia y
felicidad.
¿Qué
decides?
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