martes, 20 de octubre de 2015

Desapégate con amor

A veces, la gente que amamos hace algo que no nos gusta o que no aprobamos. Reaccionamos. Reaccionan ellos. Antes de que pase mucho tiempo, todos estamos reaccionando unos hacia otros y el problema crece.

¿Cuándo nos desapegamos? Cuando estamos enganchados en una reacción de ira, miedo, culpa o vergüenza. Cuando quedamos enganchados en un juego de poder, un intento por controlar o forzar a los demás a que hagan algo que no quieren hacer. Cuando la forma como estamos reaccionando no está ayudando a la otra persona o solucionando el problema. Cuando la forma como ellos están reaccionando nos está lastimando.

Con frecuencia, es tiempo de desapegarnos cuando el desapego parece lo menos probable, o lo menos posible, que podemos hacer. 

El primer paso hacia el desapego es comprender que reaccionar y controlar no ayudarán. 

El siguiente paso es ponernos en paz, centrarnos y restaurar nuestro equilibrio. Da un paseo. Abandona una habitación. Asiste a una reunión de crecimiento personal. Date un largo baño de agua caliente. Llama a un amigo o amiga. Llama a Dios: ora, medita, haz silencio, reflexiona, suelta las emociones negativas. Respira profundamente. Encuentra la paz. De ese lugar de paz, al centrarte, surgirá una respuesta, una solución.

Hoy me desapegaré de resultados y del control en mis relaciones... Confiaré en que las respuestas están cerca.

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