martes, 21 de junio de 2016

Estar presente...

Rescatémonos a nosotros mismos.

A nadie le gusta un mártir.

¿Cómo nos sentimos cerca de los mártires? ¿Culpables, enojados, atrapados, negativos y ansiosos por escapar?

De alguna manera, muchos de nosotros hemos desarrollado la creencia de que privándonos, no cuidando de nosotros mismos, siendo víctimas y sufriendo sin necesidad conseguiremos lo que deseamos.

Es nuestra labor darnos cuenta de nuestras capacidades, de nuestros puntos fuertes y cuidar de nosotros mismos desarrollándolos y actuando de acuerdo con ellos.

Es nuestra labor percatarnos de nuestro dolor y cansancio y cuidar adecuadamente de nosotros mismos.

Es nuestra labor percatarnos de nuestra privación, también, y empezar a dar pasos para darnos a nosotros mismos abundancia. Esto comienza en nuestro interior, cambiando lo que creemos merecer, renunciando a nuestra privación y tratándonos a nosotros mismos de la manera como merecemos ser tratados.

La vida puede ser dura, en algún tramo del recorrido, pero no tenemos por qué hacerla más difícil descuidándonos a nosotros mismos. No hay gloria en el sufrir, sólo hay sufrimiento. Nuestro dolor no cesará cuando llegue un rescatador (a), sino cuando asumamos la responsabilidad que tenemos hacia nosotros mismos y detengamos nuestro dolor.

Hoy yo seré mi propio (a) RESCATADOR (A). Dejaré de estar esperando a que alguien más resuelva mis asuntos y solucione mis problemas por mí.