Asumiendo la responsabilidad de mejorar
nuestra propia vida damos un gran paso hacia la salud emocional. Si culpamos a
otros por nuestras circunstancias, nos mantenemos empantanadas/os y nos
privamos de toda esperanza de mejorar nuestras circunstancias presentes.
Nuestro
poder personal lo tenemos al alcance de la mano, al igual que nuestra decisión
de usarlo, y está respaldado por toda fuerza que necesitamos. La decisión de
asumir el control de nuestra vida nos estimulará. Esa inclinación diaria a ser
cuidadosas/os y ser totalmente responsables de todo lo que hacemos enriquecerá
nuestro YO, que está desarrollándose. Toda elección responsable nos conduce a
la plenitud, fortaleciendo nuestro ser e incrementando nuestro bienestar.
Reflexión:
Hoy cambiaré a la única persona a quien
puedo transformar: a mí misma/o.
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